Almas en pena de todo el inframundo, andad con cuidado porque Devil May Cry 4 llega a PLAYSTATION®3.
Aquí teneis el trailer oficial:
Lo último que te esperarías mientras rezas postrado ante el altar de la iglesia es que un hombre canoso vestido de cuero rojo apareciera por el techo y cosiera a balazos al párroco, antes de entablar una batalla colosal con un jovenzuelo, equipado con una espada de rasgos moteros y cuyo brazo diestro habitan los moradores del inframundo. Pues precisamente con esta improbable escena empieza Devil May Cry 4, lo que sirve para marcar la pauta de uno de los juegos más elegantes de PLAYSTATION 3.
Las armas las carga el diablo
En esta cuarta entrega de Devil May Cry, la saga cazademonios de Capcom, interpretarás a un nuevo personaje, Nero, un tipo de actitud chulesca dotado de poderes sobrenaturales. Aunque a primera vista pueda parecerse a Dante, el protagonista de las versiones anteriores, Nero cuenta con poderes especiales, movimientos y armas de cosecha propia, entre las que destaca Devil Bringer, su brazo demoníaco. Este poder introduce un tercer elemento de juego (que se une al arsenal de espadas y armas de fuego), que permite a Nero atrapar a distancia a sus enemigos, acercarlos para vapulearlos con más facilidad, estamparlos contra el suelo y atravesar salas como una exhalación con su gancho demoníaco, además de convertirlo en un personaje muy distinto a Dante... pese a compartir peinado y su gusto por los comentarios sarcásticos.
Nero dispone también de dos flamantes y eficaces herramientas: su espada principal, bautizada con el nombre de Reina Roja, cuenta con una empuñadura similar al puño del acelerador de una moto y con la que Nero puede cargar la espada para aumentar su poder; y un revólver de doble cañón, conocido como Rosa Azul, con el que matar dos pájaros de un tiro. Sin embargo, los admiradores de Dante no quedarán defraudados, ya que el hilo argumental les brindará la posibilidad de encarnar a su personaje favorito. Así, Dante vuelve a la carga con sus movimientos característicos, incluidos los cuatro ataques marca de la casa: Royal Guard (Guardia real), Gunslinger (Pistolero), Trickster (Embaucador) y Sword Master (Maestro de esgrima).
Un hombre de gatillo fácil
Gracias a la técnica Devil Trigger, ambos personajes gozan de la habilidad de convertirse en el demonio que llevan dentro. Este poder confiere tanto a Dante como a Nero mayor velocidad, resistencia y potencia de ataque, así como nuevos movimientos y poderes.
La mecánica de juego resultará familiar a aquellos que hayan disfrutado de las entregas anteriores. Para los que no, la premisa es bien sencilla: acción, acción y más acción. A grandes rasgos, Devil May Cry 4 es un título de acción y aventuras en tercera persona enmarcado en el género de horror y supervivencia, aunque, a diferencia de este tipo de juegos, aquí te enfrentarás sin descanso a hordas enemigas de trato no precisamente fácil y de las que deberás librarte con la máxima elegancia y exquisitez.
Como sucedía en los títulos anteriores de Devil May Cry, por cada criatura maligna que borres del mapa recibirás gemas demoníacas, moneda de cambio con la que podrás recargar tu salud, tus créditos, la barra de Devil Trigger o tu arsenal de granadas de agua bendita. Al finalizar cada misión, se mostrará el nivel de cazademonios alcanzado y, cuanto mayor sea esta, mayor será el número de almas orgullosas con el que se te premiará. Este tipo de bonificación puede utilizarse para mejorar tus habilidades, y adquirir desde nuevos combos o tiros destructores hasta mayor velocidad, pasando por potencia adicional para tu Devil Bringer, con lo que podrás ajustar tu personaje a tu estilo de juego. A todo esto cabe añadir la opción de mejora automática de habilidades, con la que podrás intercambiar las gemas por un conjunto determinado de movimientos.
El mejor ataque, una buena defensa
A pesar del sinfín de opciones de combate disponibles, en ningún momento se antojan excesivas, ya que solo tienes que pulsar un par de botones para ejecutar la mayoría de combos. El repertorio de enemigos también es bastante extenso, por lo que no podrás limitarte a usar los mismos movimientos una y otra vez. Y es que incluso los contrincantes más endebles suponen una amenaza considerable, por lo que tendrás que contenerte, aprender nuevas combinaciones de movimientos, analizar los puntos débiles de tus enemigos y asestarles un golpe mortal en el momento justo.
Los enemigos finales han sido siempre la especialidad de Devil May Cry y esta cuarta entrega no iba a ser menos. Así, te encontrarás con algunos de los oponentes más gigantescos, originales y duros de pelar con los que te hayas topado en PS3TM. Esto se debe, en parte, a su excelente diseño y al fabuloso apartado gráfico, que les confiere un aspecto espectacular de proporciones épicas. Cada enemigo final tiene su propio tendón de Aquiles, sus ataques característicos y su particular forma de servirse de los escenarios; además, vas a tener que sudar tinta para derrotarlos, por lo que te podemos asegurar que te sentirás totalmente realizado cuando consigas dejarlos fuera de combate.
En pocas palabras, Devil May Cry 4 es una auténtica joya para los amantes del género de acción y aventuras. Si ya conoces la saga, sabrás de lo que estamos hablando pero, de no ser así, ya puedes ir preparándote para disfrutar de un título cautivador que hace de la dificultad virtud y que rebosa estilo por los cuatro costados.
Las armas las carga el diablo
En esta cuarta entrega de Devil May Cry, la saga cazademonios de Capcom, interpretarás a un nuevo personaje, Nero, un tipo de actitud chulesca dotado de poderes sobrenaturales. Aunque a primera vista pueda parecerse a Dante, el protagonista de las versiones anteriores, Nero cuenta con poderes especiales, movimientos y armas de cosecha propia, entre las que destaca Devil Bringer, su brazo demoníaco. Este poder introduce un tercer elemento de juego (que se une al arsenal de espadas y armas de fuego), que permite a Nero atrapar a distancia a sus enemigos, acercarlos para vapulearlos con más facilidad, estamparlos contra el suelo y atravesar salas como una exhalación con su gancho demoníaco, además de convertirlo en un personaje muy distinto a Dante... pese a compartir peinado y su gusto por los comentarios sarcásticos.
Nero dispone también de dos flamantes y eficaces herramientas: su espada principal, bautizada con el nombre de Reina Roja, cuenta con una empuñadura similar al puño del acelerador de una moto y con la que Nero puede cargar la espada para aumentar su poder; y un revólver de doble cañón, conocido como Rosa Azul, con el que matar dos pájaros de un tiro. Sin embargo, los admiradores de Dante no quedarán defraudados, ya que el hilo argumental les brindará la posibilidad de encarnar a su personaje favorito. Así, Dante vuelve a la carga con sus movimientos característicos, incluidos los cuatro ataques marca de la casa: Royal Guard (Guardia real), Gunslinger (Pistolero), Trickster (Embaucador) y Sword Master (Maestro de esgrima).
Un hombre de gatillo fácil
Gracias a la técnica Devil Trigger, ambos personajes gozan de la habilidad de convertirse en el demonio que llevan dentro. Este poder confiere tanto a Dante como a Nero mayor velocidad, resistencia y potencia de ataque, así como nuevos movimientos y poderes.
La mecánica de juego resultará familiar a aquellos que hayan disfrutado de las entregas anteriores. Para los que no, la premisa es bien sencilla: acción, acción y más acción. A grandes rasgos, Devil May Cry 4 es un título de acción y aventuras en tercera persona enmarcado en el género de horror y supervivencia, aunque, a diferencia de este tipo de juegos, aquí te enfrentarás sin descanso a hordas enemigas de trato no precisamente fácil y de las que deberás librarte con la máxima elegancia y exquisitez.
Como sucedía en los títulos anteriores de Devil May Cry, por cada criatura maligna que borres del mapa recibirás gemas demoníacas, moneda de cambio con la que podrás recargar tu salud, tus créditos, la barra de Devil Trigger o tu arsenal de granadas de agua bendita. Al finalizar cada misión, se mostrará el nivel de cazademonios alcanzado y, cuanto mayor sea esta, mayor será el número de almas orgullosas con el que se te premiará. Este tipo de bonificación puede utilizarse para mejorar tus habilidades, y adquirir desde nuevos combos o tiros destructores hasta mayor velocidad, pasando por potencia adicional para tu Devil Bringer, con lo que podrás ajustar tu personaje a tu estilo de juego. A todo esto cabe añadir la opción de mejora automática de habilidades, con la que podrás intercambiar las gemas por un conjunto determinado de movimientos.
El mejor ataque, una buena defensa
A pesar del sinfín de opciones de combate disponibles, en ningún momento se antojan excesivas, ya que solo tienes que pulsar un par de botones para ejecutar la mayoría de combos. El repertorio de enemigos también es bastante extenso, por lo que no podrás limitarte a usar los mismos movimientos una y otra vez. Y es que incluso los contrincantes más endebles suponen una amenaza considerable, por lo que tendrás que contenerte, aprender nuevas combinaciones de movimientos, analizar los puntos débiles de tus enemigos y asestarles un golpe mortal en el momento justo.
Los enemigos finales han sido siempre la especialidad de Devil May Cry y esta cuarta entrega no iba a ser menos. Así, te encontrarás con algunos de los oponentes más gigantescos, originales y duros de pelar con los que te hayas topado en PS3TM. Esto se debe, en parte, a su excelente diseño y al fabuloso apartado gráfico, que les confiere un aspecto espectacular de proporciones épicas. Cada enemigo final tiene su propio tendón de Aquiles, sus ataques característicos y su particular forma de servirse de los escenarios; además, vas a tener que sudar tinta para derrotarlos, por lo que te podemos asegurar que te sentirás totalmente realizado cuando consigas dejarlos fuera de combate.
En pocas palabras, Devil May Cry 4 es una auténtica joya para los amantes del género de acción y aventuras. Si ya conoces la saga, sabrás de lo que estamos hablando pero, de no ser así, ya puedes ir preparándote para disfrutar de un título cautivador que hace de la dificultad virtud y que rebosa estilo por los cuatro costados.
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